lunes, 1 de diciembre de 2014

Trabajo Práctico Final: Criminalización mediática

Nota central por Giuliano Bartolini

¿Distintas épocas, mismo mecanismo?

Vivimos en una sociedad en el que el uso de prejuicios y estereotipos ha pasado a formar parte de un gran red dentro delo cotidiano. Los sujetos sometidos a este tipo de estigmatización son puestos de inmediato en el lugar de ‘’chivo expiatorio’’, tal vez para desviar la atención de la sociedad, tal vez para generar un enemigo filtro. De cualquier forma, la criminalización mediática se ha vuelto un fenómeno tan común que hasta podría decirse que ha estado desde siempre en nuestros patrones sociales, cambiando solo la forma en el que ese mecanismo de estigmatización es llevado a cabo.

Estamos en una etapa en la que el simple hecho de echarle a culpa de todos nuestro temores, preocupaciones o incomodidades a la hora de salir a la calle, a un grupo social concreto no es suficiente para justificar una cruenta realidad que cada vez se jacta más del uso de este tipo de herramientas para desviar la atención del ciudadano. Estoy hablando claro en este caso de aquellas personas con la etiqueta de ‘’indigente’’, ‘’pibe gorrita’’, ‘’rocho’’, y la lista puede continuar. Con esto no se quiere negar la situación de inseguridad, sino tratar de apuntar la estratagema, el núcleo de la cuestión que es la personificación vivida de la ‘’inseguridad’’ misma.

Este sujeto de nuestra actualidad ha pasado a formar parte de nuestra cotidianeidad. La incomodidad que podemos llegar a sentir cuando salimos a la calle, el temor por el hurto de nuestras pertenencias y mucho más importante: nuestra vida. Es claro que este trabajo tan arduo de construir la perfecta imagen de un enemigo común para todos nosotros ciudadanos a estado velada por la influencia de los medios, pero ¿hasta qué punto? ¿Es tanto el poder o influencia que estos tienen? ¿Pueden llegar a tal punto de decirnos como pensar y a que temerle?

El presente trabajo tiene comoobjetivo primordial el servir a modo de una breve guía informativa e investigativade como la criminalización mediática se ha instalado para quedarse en losaspectos cotidianos de nuestra sociedad y como los medios van de la mano en toda esta cuestión. Se intentará además establecer un paralelo entre la estigmatización llevada a cabo durante la última dictadura militar y la actualidad, polos inmensamente opuestos ya que responden a contextos sociales sumamente distintos. Sin embargo la tarea radicará en la interrogante de, al fin y al cabo ¿distintas épocas, mismo mecanismo?

En este caso, Sandra Valdetaro, profesora e investigadora en la carrera de Comunicación Social opina que: ‘’Son momentos desde el punto de vista mediático muy distintos. Porque en los setenta había una hegemonía de la era de los medios masivos que tienen una modalidad representativa propia y en la actualidad estamos en una convivencia del lenguaje’’.

Con esto se buscará establecer una relación de control entre ambas épocas y como ha cambiado desde entonces la forma de estigmatizar (y qué estigmatizar) y establecer prejuicios sobre un grupo social específico, al que la sociedad llamará a la aversión por parte de la población.


La dictadura tenía un objetivo bastante explícito: combatir la subversión. La misma era entendida como una forma muy amplia. El subversivo no era solo aquel que portaba un aspecto ‘’rebelde’’ o ‘’conspirativo’’, sino también ideas y la práctica de las mismas, ideas que hasta el momento fueron asociadas con el enemigo comunista que acechaba desde adentro y que debía ser erradicado. Entiéndase por aquel joven (o no) con pelo largo, boina y una par de elementos más que no vienen al caso.

Es interesante analizar también el trabajo de los medios en todo esto. Se base que la mayoría de las fuente mediáticas, al estar de parte del gobierno omitían gran cantidad de información para con respecto a lo que estaba pasando, dando siempre una versión ‘’oficial’’ y conveniente de los hechos.

‘’La representación de la criminalidad obviamente que en épocas de dictadura había un trabajo de manipulación absoluta de la información. Había una estética de vulgarización de ciertos contenidos, show bisness, etc. El cine argentino de esa  época es particularmente patológico porque presenta una cotidianeidad, sentido común y una serie de personajes que no tienen nada que ver con lo que estaba pasando en ese momento’’, aseguró Sandra Valdetaro.

Los diarios, radios, la televisión se entienden aquí como poderosas fuentes emisoras de información. La población no contaba por ese entonces con el poderoso circuito del internet, y es justamente por eso que hoy en día todo el filtrado de la información pasa por otro lado, siendo relativamente sencillo acceder a una gran cantidad de versiones y testimonios.

Pero como en los 70’s y 80’s no existía aun esta herramienta era más fácil ocultar la verdad a la gente. Muchos diarios por ejemplo hasta el día de hoy no dan testimonios de estos sucesos, puesto que sus dirigentes han estado en relación con el estado de facto.

Esta etapa fue un acontecimiento muy grande en donde la criminalización mediática hacia el supuesto subversivo es más que explicita. Pero si debemos compararla con el día a día de nuestra actualidad hay un hueco enorme de diferencia porque para empezar durante el gobierno de facto tuvo lugar una gran ola de clandestinidad y terrorismo de estado a la hora de combatir sus ‘’enemigos’’. Estoy hablando claro de todos los secuestros nocturnos, asesinatos, etc.


Volvemos a la actualidad, donde lacriminalización mediática se a más o menos adaptado a los parámetros de lanormalidad.

Sin duda hoy la cuestión es muy distinta. Tomemos al sujeto prejuiciado en cuestión, este ladrón, criminal o pibe-chorro ¿funciona como intermediario para ocultar algo? Muy posiblemente así sea.

La criminalización mediática es un factor malicioso para nuestra sociedad, que contribuye a la creación de enemigos que se identifican rápido mediante su aspecto o actitudes, y es que estos personajes funcionan como verdaderos chivos expiatorios para tapar todo aquello que a las esferas superiores no les conviene que sepamos o simplemente para desviar nuestra atención de lo que realmente es importante.

Es nuestra labor como ciudadanos de la sociedad actual velar por que estas paredes imaginarias del prejuicio y el estereotipo no nos sumerjan en una red confusa, transgiversando así nuestra realidad, la realidad de todos.


Fuentes informativas:
Sandra Valdetaro, profesora e investigadora en la carrera de Comunicación Social.





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