¿Distintas épocas, mismo mecanismo?
Vivimos en una sociedad en el que el
uso de prejuicios y estereotipos ha pasado a formar parte de un gran red dentro
delo cotidiano. Los sujetos sometidos a este tipo de estigmatización son
puestos de inmediato en el lugar de ‘’chivo expiatorio’’, tal vez para desviar
la atención de la sociedad, tal vez para generar un enemigo filtro. De
cualquier forma, la criminalización mediática se ha vuelto un fenómeno tan
común que hasta podría decirse que ha estado desde siempre en nuestros patrones
sociales, cambiando solo la forma en el que ese mecanismo de estigmatización es
llevado a cabo.
Estamos en una etapa en la que el
simple hecho de echarle a culpa de todos nuestro temores, preocupaciones o
incomodidades a la hora de salir a la calle, a un grupo social concreto no es
suficiente para justificar una cruenta realidad que cada vez se jacta más del
uso de este tipo de herramientas para desviar la atención del ciudadano. Estoy
hablando claro en este caso de aquellas personas con la etiqueta de
‘’indigente’’, ‘’pibe gorrita’’, ‘’rocho’’, y la lista puede continuar. Con
esto no se quiere negar la situación de inseguridad, sino tratar de apuntar la
estratagema, el núcleo de la cuestión que es la personificación vivida de la
‘’inseguridad’’ misma.
Este sujeto de nuestra actualidad ha
pasado a formar parte de nuestra cotidianeidad. La incomodidad que podemos
llegar a sentir cuando salimos a la calle, el temor por el hurto de nuestras
pertenencias y mucho más importante: nuestra vida. Es claro que este trabajo
tan arduo de construir la perfecta imagen de un enemigo común para todos
nosotros ciudadanos a estado velada por la influencia de los medios, pero
¿hasta qué punto? ¿Es tanto el poder o influencia que estos tienen? ¿Pueden
llegar a tal punto de decirnos como pensar y a que temerle?
El presente trabajo tiene comoobjetivo primordial el servir a modo de una breve guía informativa e investigativade como la criminalización mediática se ha instalado para quedarse en losaspectos cotidianos de nuestra sociedad y como los medios van de la mano en toda esta cuestión. Se intentará
además establecer un paralelo entre la estigmatización llevada a cabo durante
la última dictadura militar y la actualidad, polos inmensamente opuestos ya que
responden a contextos sociales sumamente distintos. Sin embargo la tarea
radicará en la interrogante de, al fin y al cabo ¿distintas épocas, mismo
mecanismo?
En este caso, Sandra Valdetaro,
profesora e investigadora en la carrera de Comunicación Social opina que: ‘’Son
momentos desde el punto de vista mediático muy distintos. Porque en los setenta
había una hegemonía de la era de los medios masivos que tienen una modalidad
representativa propia y en la actualidad estamos en una convivencia del
lenguaje’’.
Con esto se buscará establecer una
relación de control entre ambas épocas y como ha cambiado desde entonces la
forma de estigmatizar (y qué estigmatizar) y establecer prejuicios sobre un
grupo social específico, al que la sociedad llamará a la aversión por parte de
la población.
La dictadura tenía un objetivo
bastante explícito: combatir la subversión. La misma era entendida como una
forma muy amplia. El subversivo no era solo aquel que portaba un aspecto
‘’rebelde’’ o ‘’conspirativo’’, sino también ideas y la práctica de las mismas,
ideas que hasta el momento fueron asociadas con el enemigo comunista que
acechaba desde adentro y que debía ser erradicado. Entiéndase por aquel joven
(o no) con pelo largo, boina y una par de elementos más que no vienen al caso.
Es interesante analizar también el
trabajo de los medios en todo esto. Se base que la mayoría de las fuente
mediáticas, al estar de parte del gobierno omitían gran cantidad de información
para con respecto a lo que estaba pasando, dando siempre una versión
‘’oficial’’ y conveniente de los hechos.
‘’La representación de la
criminalidad obviamente que en épocas de dictadura había un trabajo de
manipulación absoluta de la información. Había una estética de vulgarización de
ciertos contenidos, show bisness, etc. El cine argentino de esa época es particularmente patológico porque
presenta una cotidianeidad, sentido común y una serie de personajes que no
tienen nada que ver con lo que estaba pasando en ese momento’’, aseguró Sandra
Valdetaro.

Pero como en los 70’s y 80’s no
existía aun esta herramienta era más fácil ocultar la verdad a la gente. Muchos
diarios por ejemplo hasta el día de hoy no dan testimonios de estos sucesos,
puesto que sus dirigentes han estado en relación con el estado de facto.
Esta etapa fue un acontecimiento muy
grande en donde la criminalización mediática hacia el supuesto subversivo es
más que explicita. Pero si debemos compararla con el día a día de nuestra
actualidad hay un hueco enorme de diferencia porque para empezar durante el
gobierno de facto tuvo lugar una gran ola de clandestinidad y terrorismo de
estado a la hora de combatir sus ‘’enemigos’’. Estoy hablando claro de todos
los secuestros nocturnos, asesinatos, etc.
Volvemos a la actualidad, donde lacriminalización mediática se a más o menos adaptado a los parámetros de lanormalidad.

La criminalización mediática es un
factor malicioso para nuestra sociedad, que contribuye a la creación de
enemigos que se identifican rápido mediante su aspecto o actitudes, y es que
estos personajes funcionan como verdaderos chivos expiatorios para tapar todo
aquello que a las esferas superiores no les conviene que sepamos o simplemente
para desviar nuestra atención de lo que realmente es importante.
Es nuestra labor como ciudadanos de
la sociedad actual velar por que estas paredes imaginarias del prejuicio y el
estereotipo no nos sumerjan en una red confusa, transgiversando así nuestra
realidad, la realidad de todos.
Fuentes informativas:
Sandra Valdetaro, profesora e
investigadora en la carrera de Comunicación Social.
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