Nota central por Giuliano Bartolini
Hoy en día vivimos en una sociedad en
donde la cultura funciona como importadora de valores y prejuicios. Toda esta
cuestión se visto virilizada mediante los medios en los últimos años. Se trata
de un discurso constante que sirve para generas estigmas en los jóvenes pobres
o indigentes, a los que se les responde con miedo y odio.
En el año 2008 tuvo lugar un monitoreo desarrollado por Periodismo Social y orientado a la niñez y adolescencia en la prensa. El mismo señalo que “los artículos que se refieren concretamente a medidas de privación de libertad de los adolescentes sospechosos de delinquir incluyeron términos peyorativos en el 65 por ciento de los casos”.
Cabe destacar el abuso
policiaco dirigido a este grupo de jóvenes, jactándose de alguna intuición
policiaca ficticia u olfato policial. Para esto los ejemplos sobran. Un caso es
el sucedido el 13/09/05 donde el diario Clarín informo que un “joven fue
requisado sin que exista un motivo justificado, sólo basándose en el ‘olfato’
de los policías que lo realizaron”. Todos estos estereotipos no hacen que
volver más inútil nuestro sistema de justicia y brindar más excusas a la
represión policiaca. Estereotipos que se basan en primera instancias en la
vestimenta, aspecto, y a un más importante: el color de piel.
En palabras de Roberto Samar, Docente
de Filosofía Política Moderna UNLZ y comunicador, “Como conclusión, hay que
tener presente que la construcción de una sociedad más segura para todos
requiere generar prácticas y discursos inclusivos que tiendan puentes y que
rompan estereotipos y estigmatizaciones. Es decir que colabore en el
fortalecimiento del tejido social”. Este fenómeno abunda en todo el
mundo, y según el juez de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni, Estados Unidos
funciona como principal exportador de tendencias a la criminología mediática.
Pero toda esta polémica no abarca
solamente la cuestión de la delincuencia, sino que se arrastra también a casos
como el reciente de la desaparecida Melina Romero donde los medios prácticamente
dieron rienda suelta a conjeturas desagradables cargadas de alto valor
prejuicioso. Es en documentos como la carta de los decentes de la joven donde
se reclama su condena por ser mujer y pobre.
“De la misma manera la consideran los
medios que se rasgan las vestiduras de ser "objetivos y afectos a la
ley" como el oficialista C5N. El silencio objetivista y para nada
condenatorio de parte la TV Pública, dejan que ese "sentido común"
crezca, y se vea como normal que las mujeres desaparezcan, o las maten. Y más
normal, si es humilde.” alegaron sus profesores.
Asimismo a quienes alertan la presunta
relación con la televisión y los ídolos musicales, que orientan a las jóvenes a
seguir este tipo de comportamiento. La reciente declaración de
"Chiche" Gelblung tiene que ver justamente con esto. Según el comportamiento
que llevo a Melina Romero a actuar de cual o tal forma tiene punto de origen en
la cantante Miley Cirus.
“Miles de chicas de entre 12 y 20
años idolatran a la estrella estadounidense que, sin exagerar, impone una
escuela para las futuras Melina Romero. con sólo 14 años ven como sus referentes
se lucen en recitales ambiguos (que incluyen lesbianismo), pornográficos y
donde mostrarse sexy es aún más importante que resaltar algún talento
musical.”, dijo.
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