Palazzesi Julieta - Bartolini
Giuliano - Smitt Teo - Guedes Rosario
Breve resumen del libro y datos del
autor Cristian Alarcón Casanova (La Unión, Chile, 1970) es un periodista y
escritor chileno, residente en Argentina. Se licenció en la Facultad de
Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. Autor
de los libros Cuando me muera quiero que me toquen cumbia (premio Samuel
Chavkin a la Integridad Periodísticaen América Latina, otorgado por North
American Congress of Latin American Authors) y Si me querés, quereme transa. En
el 2012 fue elegido profesor visitante en el Instituto de Estudios
Latinoamericanos de la Universidad de Texas, en Austin.
Escribió en Página/12 , Revista TXT y
el Diario Crítica. Actualmente dirige la revista digital de crónicas narrativas
Anfibia de la Universidad Nacional de San Martín y coordina Cosecha Roja, la
Red de Periodismo Policial de América Latina. Es el director del posgrado en
Periodismo Cultural de la Universidad Nacional de La Plata. En 2014 recibió el
Premio Konex - Diploma al Mérito en la disciplina "Crónicas y
Testimonios".
“Cuando me muera quiero que me toquen
cumbia”. Vidas de pibes chorros Editorial Norma, Buenos Aires, 2003
Cuando me mueran quiero que me toquen
cumbia es un relato de Cristian Alarcón, quien bajo la influencia simultánea de
Rodolfo Walsh y Pedro Lemebel reconstruye la vida y la muerte de los jóvenes
lúmpenes del conurbano bonaerense. El texto no es una investigación
periodística clásica, un relato donde el autor quedó inevitablemente atravesado
por los personajes que entrevistó y el ámbito socio-económico de la villa San
Francisco de San Fernando (la 25). Narra la historia de Víctor Manuel "El
Frente" Vital, que evoca la relación entre los villeros y el accionar del
aparato policial. Considerado “el Santo de los pibes chorros”, el ídolo pagano,
es una especie de Robin Hood, defensor de los marginales de las villas del
suburbano bonaerense. Una persona que se convierte post mortem, en un personaje
literario y reflejo de la realidad social donde la violencia, el robo y la
muerte son el destino inevitable de toda una generación excluida. “El Frente
Vital mantenía los códigos de la vieja delincuencia, ya caducos en un
territorio donde el paco y el alcohol borraron todo rastro de lealtad y valor,
y solo queda la supervivencia a cualquier precio”. La tarea del escritor será
entonces la de reflejar el mito pero también todo aquello que lo rodea: su
anillo ideológico, lo que confluye y representa como figura mítica. Un
delincuente que fue muerto cuando aún no salía de la adolescencia. El relato
aparece exento de códigos externos como el sociológico y se encuentra más bien
inmiscuido en las vivencias interiores de ese territorio. Un lenguaje que
describe con cuidadosa pluma ese microcosmos, pero que no aspira a su
interpretación como clausura de su decir sino como un legitimar de aquel código
de los pibes chorros. El autor ha destacado la importancia de la cumbia villera
en su relato: “La cumbia villera es una pátina que reviste a esa vida de un
tono melodramático y de algún modo mejora las condiciones de esa vida. No es
que la haga glamorosa, apenas la hace soportable. Los pibes chorros necesitan
recrear en el boliche su condición de grupo dominante, al igual que en el
territorio del barrio. El libro trata de tener esa cadencia, de sonar desde el
título al compás del fenómeno. Que es una cultura con ciertos territorios, con
amigos y enemigos, drogas, familiares, robos y odio a la policía, entre otras
cosas”.
Síntesis historia de vida de “El
Frente"
Se llamaba Víctor Manuel Vital, pero
lo conocieron como “Frente”. Cuentan que era un pequeño Robin Hood, que
repartía con generosidad el producto de sus robos. Tenía 17 años cuando murió,
baleado por la Bonaerense. Hoy su rostro aparece en las remeras de sus
admiradores.
Su madre, Sabina Sotelo, era custodia
privada y aunque siempre intentó que su hijo se aleje del mundo del delito y de
las drogas, nunca lo logró. “El Frente” era el menor de tres hermanos y el
único que salía a robar, según cuentan, de forma mítica y romántica,
"respetando los códigos de los ladrones de los viejos tiempos".
Pero su carrera delictiva duró apenas
tres años y estuvo marcada por una particularidad muy especial: “lo que robaba
lo repartía entre la gente del barrio”.
Murió víctima del Gatillo Fácil. Hoy
su tumba es visitada cada 6 de febrero. Le adjudican milagros. Como la mayoría
de villeros, de ropas deportivas de Adidas, a Víctor Vital le gustaba la
cumbia, la cumbia villera, ese ritmo que en Argentina se ha convertido en la
narración bailable de las penurias de la clase baja, esa música que como los
corridos mexicanos y el narcotráfico, ha tenido como ideal contar las historias
de los que corretean por la ilegalidad gaucha. El odio a la policía es quizás
el más fuerte lazo de identidad entre los chicos dedicados al robo en las villas,
el segundo, la cumbia villera. Fue justamente cumbia, cuenta Alarcón en su
libro, lo que los amigos oyeron cuando se enteraron de que El Frente había
muerto.
El 6 de febrero de 1999, la muerte de
un pibe chorro, el Frente Vidal, acribillado por la policía, elevó a la
categoría de mito a esa especie de Robin Hood de la villa que repartía entre
los vecinos lo que robaba, y dio origen al santo capaz de obrar milagros como
el de cambiar el destino de las balas policiales.
A él se encomiendan los ladrones del
barrio antes de salir “a un hecho”. Le adjudican curaciones milagrosas, fugas
de la cárcel, asaltos exitosos.
Hay quienes le atribuyeron milagros y
varios de sus ex colegas le imploraron durante años ayuda para esquivar las
balas de la policía.
Elegir un párrafo por su contenido,
estilo o peso en el texto
3. Capítulo I, página 28
“Su hijo está muerto. Ahí está, no lo
toque. En el piso de tierra yacía Víctor, con la frente ancha y limpia que le
dio sobrenombre, sobre un charco de sangre, bajo la mesa sobre la que escribían
el parte oficial de su muerte. Sabina soltó un grito de dolor. Su llegada a la
escena de los hechos había provocado un silencio sólo alterado por el ruido que
hacía el helicóptero suspendido sobre el gentío. Ese alarido y el llanto que lo
precedió fueron suficientes para que quienes esperaban perdieran la esperanza:
un policía había masacrado a Víctor Manuel “El Frente” Vital, el ladrón más
popular en los suburbios del norte del Gran Buenos Aires. Tenía diecisiete
años, y durante los últimos cuatro había vivido del robo, con una diferencia
metódica que lo volvería santo; lo que obtenía lo repartía entre la gente de la
villa: los amigos, las doñas, las novias, los hombres sin trabajo, los niños”.
Este párrafo destaca por su fuerza a la hora de introducir la muerte del
‘’ídolo’’. En el vemos una cruda descripción del difunto Frente Vital y el
sufrimiento de los personajes que lo rodean, aquellos que eran sus seres
queridos. Este Robin Hood que se había vuelto santo demostró ser tan mortal como
cualquier persona en cuanto el plomo le quitó la vida. El nombre sin duda,
trasciende el cuerpo y la leyenda supera al hombre en vida. El rol antagónico
que juega la policía se vuelve impactante: les habían robado a su héroe, el
único héroe del cual aferrarse, madres, chicos y hombre por igual.
Vida cotidiana de personajes
principales, amigos, madres y novias
Protagonistas del relato:
• Víctor Manuel Vital (el Frente):
diecisiete años, un ladrón acribillado por un cabo de la Bonaerense cuando
gritaba refugiado bajo la mesa de un rancho que no tiraran, que se entregaba,
se convirtió entre los sobrevivientes de su generación en un particular tipo de
santo: lo consideraban tan poderoso como para torcer el destino de las balas y
salvar a los pibes chorros de la metralla. Entre los trece y los diecisiete
años el Frente rodaba al tiempo que ganaba fama por su precocidad, por la
generosidad con los botines conseguidos a punta de revólveres calibre 32, por
preservar los viejos códigos de la delincuencia sepultados por la traición, y
por ir siempre al frente.
• Sabina Sotello: madre de Víctor,
guardia de seguridad en un supermercado. Nunca aceptó la delincuencia de “el
frente”.
• Matilde: madre de Javier, Manuel y
Simón Miranda. Y Daniel. Acostumbrada a andar tras los delitos de sus hijos.
Matilde veía en la relación de sus hijos con otros chicos ladrones el origen de
todos los males de sus juventudes descarriadas.
• Pato: hermano de “el frente”,
supervisor de un supermercado.
• Simón: hijo de Matilde.
Delincuente. Compinche de “El frente”.
• Chaías: delincuente. Dos hijos con
María ex novia de “el frente”. Con ciertos códigos, flaco,pelos carpincho, con
gomina, el mismo estilo del frente, ropa bien planchada, zapatillas de marca.
Cadenas de oro, pulsera y reloj.
• Mauro: viejo ladrón que enseñó a
“el frente” los códigos del choreo. Padece HIV. Se movía muy bien en el ámbito
carcelario. Mujeriego.
• Laura: la mejor amiga del “frente”.
• Paola: ex novia de “el frente”.
Detenida acusada de matar a su madre mientras dormía.
Causas del surgimiento del mito de El
Frente.
Víctor Manuel “Frente” Vital, un
ladrón de 17 años cayó fusilado por un policía, cuando estaba escondido y sin
armas bajo una mesa en un rancho de la villa San Francisco, mientras gritaba
“¡no disparen, nos entregamos!”.
Ya era famoso en la zona norte, una
de las más violenta del Gran Buenos Aires: gozaba de la celebridad de un Robin
Hood villero, capaz de regalar lo que llevaba puesto, de enviar “bagallos” para
los compañeros presos, asistir a sus familias o “hacer” un camión de La
Serenísima para repartir yogures y quesos en carritos tirados por caballos.
Después de tanto su popularidad
persiste en los jóvenes ladrones: lo consideran milagroso. A él le atribuyen el
éxito de curaciones de balazos fatales, fugas de institutos de menores, asaltos
cuantiosos y sin heridos. Sus contemporáneos se encomiendan a él antes de salir
“a un hecho”. Por eso cada visita a su tumba, los chicos rocían cerveza sobre
las flores, y en la trompa de un elefante de porcelana colocan las últimas
briznas de un porro, fumado en círculo, como una ofrenda al ángel caído que,
según dicen, puede doblar el rumbo mortal de las balas bonaerenses.
La noticia de que Frente Vital había
muerto se esparció como el viento. Ahí se pudrió todo con los vigilantes,
empezaron los tiros y los piedrazos.” La noticia corrió como reguero de pólvora
por el barrio y, en minutos la gente se alzó en contra de la Policía. Al
velatorio concurrió una multitud. Y desde ese momento, pasó a la inmortalidad,
nació la leyenda.
El nuevo periodismo lo describe como
una especie de héroe en la villa. Un ídolo pagano. “Se convirtió entre los
sobrevivientes de su generación en un particular tipo de santo: lo consideraban
tan poderoso como para torcer el destino de las balas y salvar a los pibes
chorros de la metralla”.
Dos episodios clave en su prematura
vida de ladrón le dieron al Frente su “beatificación”. Un día repartió yogures
y leche entre los chicos del barrio, mercancía que había obtenido tras robar un
camión repartidor, al mejor estilo Robin Hood y con la intención de sacarle a
los ricos para darle a los pobres.
Tiempo después de su muerte, dos de
sus amigos, también pibes chorros, decidieron esconderse en el cementerio para escapar
de una persecución policial. Ese día la policía no pudo encontrarlos y para su
asombro, cuando ya no había vigilantes que puedan cazarlos, se dieron cuenta
que habían estado refugiados a metros de la sepultura del Frente, su “mártir
protector”.
Cambios observados en la vida,
causas.
Su sepultura está ubicada
prácticamente en el fondo. Ese lugar que sirvió de refugio para sus amigos
cuando huían de la policía ahora está cubierto de flores artificiales, inmensas
y de varios colores, de una gorrita azul colgando de una cruz de madera, de un
rosario, de una lápida con su imagen, y de los sentimientos tallados en piedra
que dejaron su hermano mayor, su madre, y algunos de sus amigos más íntimos.
Actualmente, en su San Francisco
abunda el paco y la pasta base. “Está muy peligroso”. A partir de la muerte del
Frente los “códigos” y la red de los pibes chorros se desmantela y la banda de
los sapitos comienza a invadir la villa.
Con el pasar del tiempo formó la ONG
"Organización por la Vida", actualmente tiene un merendero en su
propio hogar al que asisten cerca de 170 chicos cada tarde y creó la escuela
para adultos nº 704, que lleva el nombre de “Víctor Manuel Vital”. Asimismo,
desde 2004 forma parte del Consejo Consultivo de la Provincia de Buenos Aires.
El 29 de julio, día del cumpleaños
del Frente, la familia y los amigos organizan una enorme chocolateada para los
pibes de la zona, acompañado de juegos variados.
Describa líderes y barras enfrentadas
en la villa
Aunque existían otros tipos de pibes
en la zona cuando todavía estaba vivo el Frente, la tasa incrementó
considerablemente después del fallecimiento. En realidad podemos dividir los
pibes chorros en varios subgrupos.
En primer lugar, están las ratas o
rastreros, “pibes que sacados por las pastillas roban en el mismo lugar en el
que viven” . No tienen sentido moral, como es el caso con los Sapitos, una
banda de ratas en la villa. Esta banda inspira miedo a los habitantes por ser
despiadada, sino también porque venden mucha droga, son transas y entre los
chorros y los transas está todo mal.
“Vos tenés que meter caño para darle
de comer a ellos. O sea: si querés tomar merca, ¿a quién le das la plata? A
ellos” Chaías.
Entonces, nos señala otros dos grupos
que viven en pie de guerra: los chorros (a que pertenecía el Frente) y los
transas o los dealers de la zona. Los chorros adictos no tienen otra opción que
comprar droga con estos.
Los transas son personas que
disfrutan de un estado doble, por un lado son criminales pero por otro lado
ayudan a la policía visto que “los transas son odiados no sólo porque son para
los chorros la trampa a la que están condenados por la adicción, sino porque la
inmensa mayoría cuenta con protección policial para funcionar en su negocio.
Los Líderes eran PBES CHORROS Frente
Vital (Apodo de Víctor) y TRANSAS Tripa (Hermano del padrastro de María,
vendedor de droga). Durante su vida, el Tripa constituía la perfecta antítesis
del Frente.
Mencionar rol de la policía, justicia
y Estado
En el relato la fuerza policial va a
pasar a jugar un rol constante y fundamental, antagónico podría decirse. Luego
de que el autor haya investigado la existencia de un ‘’escuadrón de la muerte
de policías’’ (que contaba con una empresa de seguridad privada que intentaba
demostrar su eficiencia mediante la eliminación sistemática de jóvenes del
conurbano bonaerense), se mete de lleno en la historia del joven Victor Manuel
‘’Frente‘’ Vital, asesinado por la policía. En esta realidad que el libro
encara de una manera cruda, los policías matan salvajemente a los chicos para
luego informar sobre su muerte en ‘’enfrentamientos’’. Se trata de la historia
del Frente Vital, el pibe que robaba comida y la repartía entre los chiquitos
más pobres y que se consolidó como el santo de los pibes chorros en la zona
Norte después de que una bala policial lo callara para siempre. ‘’El odio a la
policía es quizás el más fuerte lazo de identidad entre los chicos dedicados al
robo. No hay pibe chorro que no tenga un caído bajo la metralla policial en su
historia de pérdidas y humillaciones’’.
En este libro la policía comprenderá
una fuerza abrumadora y corrupta.
Redactar tres preguntas para nota con
amigos de El Frente
¿Que opinan sobre las cosas que hacia
el frente?
¿Por que lo consideran un referente?
¿por que creen que termino como
termino
Características de la convivencia y
la inseguridad en el barrio
En el bario se cruza la violencia del
aparato policial, la relación entre transas y ladrones, la traición, desamparo
y también la solidaridad en un territorio devastado.
Los estragos económicos del
neoliberalismo han forjado sociedades de exclusión, acentuando barreras entre
espacios y construyendo ciudades caóticas y diferenciadas jerárquicamente.
En este ambiente resalta la figura
del jefe de los “pibes chorros”, este, se caracteriza por un movimiento
incansable, casi sin sentido, con el desenfreno propio de un estado febril de
consumo y derroche. Vital está obsesionado por su imagen y sus acciones
contribuyen a dibujar su propia fábula. Cultiva los códigos de honor de los
viejos ladrones, mantiene el delito fuera de su territorio. Aunque tiene
contactos con figuras de la época menemista como el Gordo Valor o a los
Bananitas. Su existencia, como la de sus seguidores, se desmorona entre cumbia
villera y “jarra loca” (trago que mezcla alcohol y drogas), entrando y saliendo
de institutos y cárceles. El delito es una elección ante un mundo que lo empujó
a la miseria y la orfandad. Los jóvenes ladrones eligen apropiarse de lo ajeno
en vez de mendigarlo. Sus gestos populistas lo llevan a distribuir el botín
para que a la villa llegara “la fiesta que los sectores más acomodados vivían a
pleno, con el gobierno de la corrupción, el tráfico y el robo a gran escala”.
Esa fiesta (la que celebran las cumbias que dicen “Llegamos los pibes chorros/
queremos las manos de todos arriba”, o “Me tomo unos minutos/ me tomo un
tetra”), que es un pálido reflejo de las fiestas de los poderosos en los vastos
salones de Tropitango o Metrópolis.
La historia intenta marcar un antes y
después de la muerte del Frente, el cambio de valores y códigos entre los
“pibes chorros”, el comienzo de una nueva era en la que a no habrá un pibe
chorro al que poder acudir cuando se busca protección ante el escarmiento del
aparato policial, o de los traidores que asolan como el hambre la vida
cotidiana de la villa.
El centro de esta novela crónica es
el Frente, cuyo culto remite a una época idealizada, donde la comunidad poseía
un cierto orden. En contraste con los tiempos posteriores en los que los
cartoneros pierden la vida en el tren blanco o los ratas, olvidados de todos
los códigos, están entregados al mundo del paco.
Comentario de cada miembro del grupo
sobre el texto
Teo: Pienso que el relato es un fiel
reflejo de la marginalidad que se vivía durante el neoliberalismo, donde la
desigualdad social en sectores como San Fernando era extrema y evidente, donde
la droga y la falta de códigos entre las bandas delictivas están presentes
constantemente. La narración del libro en primera persona y su comprometida
investigación puede ser comparada con la de Rodolfo Walsh. la investigación de
Alarcón es tan profundidad y detalle, como lo expresa en sus propias palabras:
"Me sumergí en otro tipo de lenguaje y de tiempo, en otra manera de
sobrevivir y de vivir hasta la propia muerte. Conocí la villa hasta
sufrirla".
Rosario: La historia refleja muchas
cosas que la realidad intenta ocultar, es un trabajo de investigación
admirable, y una historia que no conocía. Me gustó, fue fluido y fácil de leer.
Giuliano: Un libro que encara una
realidad cruda, donde la policía juega el papel de fuerza corrupta y la villa
se convierte en un campo de batalla entre bandas. Cristian Alarcón a logrado construir una
investigación periodística clásica, pero en el marco de lo literario y es en
este punto donde recuerda a la genial ''Operación Masacre" de Walsh.
Distinta epoca, distinto contexto, pero la realidad ahi esta, llace latente: un
periodista que se juega entero con tal de quitar el telon a un hecho que
permanecia oculto, al que la mayoria hace caso omiso, y que si no fuera por
personajes como Alarcón alli se hubiesen quedado.
Julieta: Sabemos que el
neoliberalismo en nuestro país arrojó a millones de argentinos debajo de la
línea de pobreza en la década de los noventa. Una generación entera de pibes
que hoy tienen 15 o 20 años no saben, por ejemplo, lo que es tener un padre con
laburo. Víctor Manuel “El Frente” Vital era uno de esos pibes. Fallece a los 17
años vía lo que conocemos como “gatillo fácil”. “Cuando me muera…” es una
radiografía de los cambios sociales que experimentó nuestro país, visualizados
a través de los “pibes chorros”, esa denominación despectiva que utiliza una
mayoría social y que Alarcón resignifica presentando el contexto de su accionar
y las variaciones en sus metodologías.
No sirve
ResponderEliminarquien escribe el epilogo
EliminarCómo es un día normal en el barrio la esperanza
ResponderEliminarDonde se desarrollaron los echos (el lugar)
ResponderEliminar¿Cuales son los amigos del frente que están encerrados?
ResponderEliminarComo describe el autor las sensaciones que le provoca ingresar en el Territorio de la villa?
ResponderEliminarLo mismo quiero saber
Eliminar